Valdivieso: Eterno mago

La historia de Juan Valdivieso, ese arquero que escribió con hazañas su paso por el fútbol, tiene entre sus glosas, las interioridades de la leyenda de "los íntimos" que forjaron la fama, la tradición y la popularidad de Alianza Lima.

Valdivieso, llamado "El Mago" por sus prodigiosas cualidades, que lo hacían aparecer como golero invencible, dedicó toda su vida al Alianza, club al que ingresó cuando apenas tenía quince años, para defender sus colores hasta su retiro.

Corría el año 1,925, cuando el palomilla Juan llegó al club y se puso a jugar de puntero izquierdo, a pesar de que el arco era su pasión, porque era el único puesto que estaba vacante.

"El asunto estaba en ingresar, y lo logré como delantero", dice ahora don Juan, a sus 73 años y con una amplia sonrisa, en su casa de la cuadra doce de García y García en la  "Los Cipreses". En su sala de estar, donde hay muchos libros, pen-den fotos antañonas con escenas del recuerdo, y se lucen trofeos, el legendario personaje saca del estante un enorme álbum, que le sirve de pilar a sus remembranzas, que se van desgranando como cuentas de un collar”.

"Dos años más tarde, ya estaba en la reserva y соmo arquero, añade don Juan, que por entonces vivía en la casa de sus padres, en la cuadra tres de Manuel Castañeda en Lince”.

Es allí donde nace la intimidad entre los "cracks' aliancistas, ya que varios de ellos eran del barrio. José María Lavalle, Domingo y Filomeno García eran vecinos de Valdivieso. Con ellos se conocía desde muy niño y su amistad se prolongó en Alianza.

Fuente: Equipo.

Dos o tres años después, cuando ya el "Maestro" Alejandro Villanueva estaba en las filas blanquiazules, enrolado tras sus actuaciones en el "Teniente Ruiz", también llegaría al barrio, junto con Demetrio Neyra, y se jugarían algunos partidos en la cancha de tierra que quedaba cerca a Risso.

La cercanía entre Lince y La Victoria contribuiría en forma determinante en el permanente contacto y familiaridad que tenían el núcleo de jugadores más representativos del club.

“Eramos nueve los que siempre parábamos juntos, ya sea en el barrio o en la sede de Alianza. Había una unión muy estrecha entre nosotros", recuerda Valdivieso.

Cuando él ya estaba como titular en el primer equipo aliancista la familiaridad se hizo aún más marcada, y se prolongaba más allá de los partidos de cada domingo, después de los cuales "nos íbamos a tomar unas copas", según cuenta don Juan.

Pero allí no quedaban las cosas, al día siguiente se reunían para ir a comer picantes, y si por si acaso aparecía una jarana, ellos mismos eran para entrarle a la música y al baile.

Los puntos de reunión eran el local del club ola calle Castañeda en Lince.

Valdivieso dijo que él era bohemio y criollo y que siempre le gustó ir a fiestas, parrandeándose en muchas de ellas con el bardo inmortal Felipe Pinglo.

"Felipe fue siempre hincha de Alianza, así como otros compositores de la época, como Carlos Sacco. Pasamos muy buenos ratos con él y con mi compadre Alejandro Villanueva", rememora el "crack" de antaño..

La amistad estrecha del "Mago" con "Manguera" Villanueva llevó al arquero a hacer a aquél, padrino de su hijo mayor, Juan.

Valdivieso habla con mucho cariño del "Maestro". y recuerda que cuando llegó al Alianza, procedente del "Teniente Ruiz", le fue difícil adaptarse, aunque al final lo logró, por que supo inponer sus condiciones, teniendo en su calidad, su mejor argumento.

Villanueva se sentía molesto al principio, porque había otros jugadores que lo mandaban en la cancha, y él estaba acostumbrado a ordenar y no a obedecer, pero tuvo que ceñirse a las 197 reglas, hasta que obtuvo, por su rendimiento, su etapa de liderato.

"Las guapeadas y todo lo que tenía que ver con el calor del juego, acababan con cada partido, porque fuera de la cancha, nuestra unión seguía imperturbable. Todos éramos muy amigos", subrayó, remarcando así la estrecha relación de los aliancistas, que les valió el apelativo de "íntimos".

El "crack" de antaño cuenta que los jugadores eran los que planeaban cómo se iba a jugar en cada encuentro, pero que el capitán y otro miembro con ascendencia decidían la alineación del equipo. Hubo una etapa en la que el "Maestro" y Sarmiento eran quienes armaban el cuadro.

"Entrenábamos duro desde las cinco de la mañana, antes de irnos a trabajar, y también lo hacíamos en la tarde. Cuando había un partido importante, todos dormíamos en la sede del club, en la víspera. Sabíamos cuidarnos antes de los encuentros", expuso don Juan

Los íntimos, frecuentemente reunidos en el barrio o el club, salían en grupo por las noches, a funciones de cine o a ver boxeo en el coliseo descubierto de La Victoria, y esas andanzas eran mal vistas, y siempre se pensaba que venían de parrandearse.

El "Mago" cuenta que de vez en cuando se echaban sus cana al aire, pero que no era cierto que tuvieran la costumbre de irse al “Veinte” para estar con las chicas malas, como decían las malas lenguas.

"Lo que ocurría era que a la salida del cine o el box, pasábamos por esa zona roja y siempre es más fácil pensar mal", aclara Valdivieso.

Los recuerdos de mataperradas y de vivencias deportivas, en el seno del grupo íntimo, fluyen como si fueran algo presente, porque se encuentran indeleblemente registrados en la memoria de don Juan, que luego retoma, de lleno, los detalles de su trayectoria futbolística.

En 1,927, cuando tenía 17 años, ya estaba como arquero de la reserva de Alianza, y al año siguiente seguía como dueño del puesto, pero jugó varios partidos como centro delantero, algo que repetiría con el correr del tiempo y cuando era golero titular y figura del primer equipo.

“En 1,928, ya en primera, y actuando de delantero en esta división, le marqué siete goles al Deportivo Unión. No desentonaba en ese puesto”, dice con una sonrisa amplia el arquero de leyenda.

También supo estar en la avanzada aliancista, en partidos internacionales, y, por ejemplo, el 31 jugó de atacante contra el Audax Italiano de Chile, en Lima, y dos años más tarde, ante el Badminton en Santiago. Volviendo a sus inicios en Alianza, dijo que debutó en primera el 28, en un partido contra el Circolo Sportivo Italiano, en cancha de este club, cuadrándose en el arco de un equipo que se completó con Juan Rostaing, Soria, Domingo García, Miguel Rostaing, Filomeno García, José María Lavalle, Montellanos, Guillermo Rivera, Demetrio Neyra y Sarmiento.

El primer partido internacional que jugó en su vida fue ante el Colo Colo de Chile, el 29, cuando ya alineaba por Alianza el "Maestro" Villanueva. 

Ese mismo año fue nominado en el seleccionado para el Sudamericano de Buenos Aires, al que no llegó a concurrir, al igual que ningún jugador de Alianza, porque fueron sancionados por salirse de la concentración. Casi todo el conjunto íntimo estaba en el cuadro nacional.

*Arce, Luis A. (24 noviembre de 1983). Valdivieso: Eterno Mago. La República, p. 31.

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