Julio Chacaltana: “Aquí nació Alianza”

Aún desde su humilde cuna, el equipo plebeyo del fútbol peruano nació con el pensamiento fijo en la grandeza, en la hazaña, en la gloria. 

Su brillante historial es obra de titanes.

Los alegres morenos que le dieron vida en 1901 se rodearon de entusiasmo, de fuerza, de ímpetu, despreciando las miradas burlonas de los altos personajes de sarita y bastón. 

No nació un club insignificante, sin futuro como pensaban esos encopetados señorones.

No podían sospechar que ese clubcito de barrio, sentenciado a desaparecer por el hecho de ser pobre, llegaría a supervivir y con el transcurso de los años, convertirse en la institución más grandiosa y popular del fútbol peruano:

—¿Quiénes prendieron la antorcha de la perennidad?

—Ahí están frescos los nombres de Faustino Arteaga, Augusto Coquelet, Angel Noé, José Jaime, José Montellanos, José Salazar, Guillermo Rivero, Oscar Zavala, "Kochoy" Sarmiento...

La antorcha que los viejos cracks prendieron con sus hazañas memorables la han empuñado los cracks de la era supersónica: 

“Perico" León, "Pitín" Zegarra, Cubillas, Julio Baylón, Barreto, "Babalú" Martinez…

La nueva generación no usa pantalones largos ni chompas "Jorge Chávez", pero conserva ese espíritu alegre, sabroso de los hombres de la guardia vieja.

El temible vendaval negro fué el primer campeón de los torneos anuales de la Federación.

En 1928 define el título con Universitario de Deportes derrotándolo por 2 a 0 e iniciando una secuencia interminable del famoso duelo entre negros y blanquiñosos.

Sarmiento y Bulnes fueron los autores de los tantos. 

En el cuadro formaba ya el "Maestro" Alejandro Villanueva, Juan y Miguel Rostaing, Julio Quintana, Eulogio y Julio García, José Lavalle...

Alianza Lima volvió a campeonar en 1932, 1948, 1952, 1954, 1962, 1963 y 1965.

Alianza es uno de los cuadros que más campeonatos ha obtenido en su trayectoria.

En 1938 la picardía, la plasticidad, la elegancia, el toque caen en desgracia. Alianza es envíado al "Potao" por el Mariscal Sucre, su vecino de barrio.

Los amos del malabarismo, los mismos que lo encumbraron lo llevan a la baja después de perder un rosario de partidos en primera división.

El domingo 3 de julio de 1939, los hinchas toman asiento silenciosamente en las graderías del "Potao". En voz baja comentaban acremente:

"Villanueva es un torcido", "Magallanes nunca ha sido jugador de fútbol", "Valdivieso es un arquero de marras".

La hinchada reacciona como toda hinchada.

Pero las críticas se apagan como por milagro cuando los negros vuelven a su juego.

Inician su campaña en segunda con un modesto empate con el Unión Carbone (0 a 0). La hinchada se pone frenética: "Si Valdivieso, Villanueva, Quispe, Morales, Magallanes, Urbina, Tenmas, Brusson, Ronchi, Zúñiga quieren ser perdonados tienen que ganar sus partidos".

Así fué. Los negros convirtieron el "Potao" en un escenario de ballet. Barrieron con todos.

Primeros cracks: recios, violentos

No había partido para Alianza sin gresca, sin alegría. Era un cuadro temido por la virulencia de sus jugadores.

Los cracks no se resignaban fácilmente a la derrota, discutían los fallos. Moncada, Augusto Cucalón, Cirilo Cárdenas. Alberto López, Méndez, Julio Rivero, Torres Palomino, José Paulet, Ismael Carballo....

Todavía no cultivaban la picardía que con los años se convertiría en la característica, en el patrón de juego de los aliancistas.

Julio Chacaltana contando como fué la fundación del Club Alianza Lima. Fuente: ¡Arriba! Alianza, pp. 12-13.

A base de juego fuerte, batallador, llegaron a abrirse paso. En 1912 los dirigentes Ernesto Vergara y Arturo Sabroso visten de frac, se almidonan la camisa para asistir a su primera cita de importancia en la reunión de la Liga de Fútbol.

Alianza queda incorporado en la categoría de honor.

En los callejones de La Victoria hay fiesta. La nueva corre como reguero de pólvora: ¡Alianza ha sido escogido para el Campeonato de competencia de Primera División!.

¡El cuadro de callejón está en la división de honor!. Aun en la crisis económica de 1917 se habla de Alianza, se alaba su espíritu aguerrido.

Llega 1918 y con él el primer título, el primer campeonato en la fructífera historia de Alianza Lima.

La hinchada pasea en hombros a sus ídolos. Los balcones de La Victoria derraman lluvias de papeles picados arrojados por elegantes damas.

En 1919 Alianza consigue su segunda estrella. Hasta aquí es "Sport Alianza" inscribe su nombre en el escudo de plata Dowar.

El Club de los obreros 

"Sport Alianza" fue su primer nombre. Se fundó el 15 de febrero de 1901. 

Tuvo su primer local en la casa del obrero textil José Carreño, segunda cuadra de Cotabambas. Era la Lima de calles pedregosas, de calesas, fotógrafos ambulantes, faroles a media luz. 

Alianza nació a la sombra del entusiasmo, el cariño de un grupo de trabajadores textiles del barrio de La Victoria.

En la directiva estaba Arturo Sabroso, más tarde líder sindical.

Las fábricas que comenzaban a transformar la ciudad en el gobierno de Don José Pardo, dieron trabajo a los primeros dirigentes aliancistas quienes religiosamente sacaban de su salario para sostener al club.

El hincha depositaba su peseta en el tarro de Quáker, daba hurras en el callejón y le compraba los chimpunes al crack. 

Los primeros colores del "Sport Alianza" fueron verde y blanco con rayas verticales.

El moreno surgido de potreros y chancherías tuvo que aguardar once años para codearse con los mejores equipos de la Capital.

*¡Arriba! Alianza, 12 de diciembre de 1968, pp. 12-13.

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