Arce: Maestro inconfundible

Triunfador en canchas del Perú, Venezuela, Chile y Colombia; aplaudido por los aficionados de aquí y de allá, Gerardo Arce es el triunfador de todas las temporadas. Aún en el presente año, de lo poco bueno que hemos podido presenciar en el nivelado grass del Nacional, es el player aliancista, posiblemente lo mejor. De intervenciones oportunas y colocación precisa, se constituye en un baluarte difícil de vencer. Su accionar sereno y vigoroso infunde confianza en todo el equipo. aun en los momentos más difíciles del partido. No importa que los resultados sean favorables o desfavorables. Alianza Lima puede ir ganando por cinco a cero o perdiendo con el mismo score, pero será inútil que intentemos hallar en el rostro de Gerardo reflejada la situación del match. El está siempre serio e imperturbable, dinámico y preciso, buscando, en forma que pasa desapercibida, la mejor colocación dentro del field. Puede fallar cualquiera de sus compañeros, inclusive hemos visto muchas veces que el arquero ha perdido toda chance, entonces surge como enviada por la providencia la figura del arequipeño que sin desesperación conjura el peligro. Pero en todo este no ha tenido nada que ver la casualidad ni la providencia, porque estas situaciones se producen a menudo. Lo que ocurre es que hay un jugador que está poniendo de manifiesto su gran experiencia. Ese fruto que va quedando después de tantas y tantas lides y que se traduce principalmente en Arce, con una seguridad que contagia confianza, y un sentido de la ubicación que desconcierta a los rivales.

A pesar de que es más bajo que alto, suele alcanzar en la cancha contornos de gigante. Y es fácil para el cronista poder decir todas sus condiciones extraordinarias. porque uno está seguro que no serán estas palabras humos que lo mareen, porque Arce, con alabanzas justas, por cierto, o censuras infundadas, seguirá siendo en la cancha el mismo jugador magnífico de siempre.

Nació en Arequipa en día que pasó hace 27 años. De un barrio popular por sus mocitos guapos y futboleros. "El Resbalón". donde los "coros" desde temprano le daban con singular entusiasmo a la de trapo, aunque estuvieran "pata-ccalas", Gerardo era el menor de los cuatro hermanos hombres, que fueran todos muy buenos futbolistas

—Mis primeras actividades nos relata el crack que podría considerar oficiales, fueron las que inició al poco tiempo de ingresar al Colegio Nacional de la Independencia. Tenía entonces catorce años y ya me pusieron en el representativo del colegio.

Esto parece que no tuviera mayor, importancia. Pero, aunque no nos lo dice Arce. el Colegio de la Independencia es uno de los más numerosos del Perú, y sus alumnos tienen fama de buenos futbolistas. Ahora que un chico de catorce años juegue por el primer cuadro del plantel, ya es mucho pedir.

—¿De qué vas a jugar? —le preguntó el capitán del cuadro.

—De centro half —respondió Gerardo.

—¡Pero si apenas eres un ccorito!

—Seré. Pero yo juego de half centro.

Y ese fué el puesto que ocupó. Llamaba la atención de todos, por su calidad y sobre todo, porque siendo tan chico, tenia un gran shot.

Gerardo Arce. Fuente: Equipo.

—Era el año de 1935 —nos cuenta— y por ese tiempo llegó a Arequipa el equipo chileno de Tocopilla que entre lo bueno que traía se contaba al arquero Cortez, que tenía fama de imbatible. Uno de los partidos que efectuó, fué contra el Melgar. Lleno de asombro recibí la noticia que los del Melgar solicitaban mi participación en calidad de refuerzo, cuando aún no había cumplido 15 años. Jugarás de centro forward, porque tienes buen shot, me dijeron. Les advertí que era centro half pero no pude convencerlos y salí dirigiendo la delantera. Parecía que yo era la mascota, algunos chilenos del Tocopilla no pudieron disimular la risa. Pero al final les ganamos y yo le hice dos goles a su arquero, el famoso Cortez.

—¿Y por qué no siguió jugando como centro forward?

—Sencillamente no me gustaba ese puesto. Siempre preferí la media o la defensa. Aunque siempre me aconsejaban que fuera delantero porque tenía un shot muy potente.

—¿Cuál fué su debut en Lima?

—Mi hermano Vicente ya jugaba en la U y yo no perdía las esperanzas de jugar a su lado. Al poco tiempo vine con mi papá. En 1937 debutaba en el Primer Cuadro y participamos en un Torneo Extraordinario en el que campeonamos. Jugué de half centro, pero después no me querían poner en el mismo puesto porque decían que era muy muchacho. Por eso en el 38 me pasé al Tabaco, pero para colmo de males tampoco me querían poner en mi sitio favorito.

—¿Tú de half centro? No sabes seguramente lo que es jugar en ese puesto me decían, y tuve que conformarme con jugar de back izquierdo haciendo pareja algunas veces con Con sino y otras con Camba. Pero no me querían dar la oportunidad para jugar de centro half...

—¿Cuándo pudo cumplir con su deseo?

—Por ese año vino el equipo arequipeño Piérola, cuadro por el que siempre he tenido gran simpatía porque es el más popular en mi tierra, y me alegré mucho cuando me dijeron que defendiera sus colores contra los equipos de Lima en el puesto de centro half. Para mí fué una enorme satisfacción. Jugamos contra el Municipal, que pasaba por un gran momento, y le ganamos por dos a uno. Luego sostuvimos otros encuentros.

Pero lo más importante para mí, fué que pude jugar en el sitio que quería y todos vieron que allí me desempeñaba mejor, a pesar de que como ellos decían: todavía era muy joven para la media.

—Y ¿cómo fué su ingreso al Alianza Lima?

—Ocurrió en 1940. Antes por poco no ingresé al Municipal. Jugué por los íntimos en el Campeonato de ese año, donde resultamos subcampeones.

Nosotros recordamos con simpatía, esa linea media que por entonces presentaban los "grones" y que estaba formada habitualmente por Janneau, Arce y Lobatón.

—En 1941 —prosigue nuestro reporteado— tuve la enorme satisfacción de vestir la casaquilla nacional en el Campeonato Sudamericano que ese año se jugó en Santiago de Chile, actuando en todos los partidos en que intervino nuestro representativo.

Tal es a grandes rasgos, la carrera inicial de este puntal de nuestro Fútbol. Pronto tuvo que marcharse a Caracas cumpliendo un ventajoso contrato que le presentaron. La manera como lo conocieron fué bastante curiosa. En el Centro Peruano de Caracas hay constantemente ejemplares de revistas y diarios peruanos. Allí vió un dirigente venezolano, la fotografía de Arce Y los comentarios elogiosos que hacían los cronistas de su actuación. Se interesaron entonces por él y antes de dar un paso decisivo, consultaron con Soler.

—Es un gran jugador dijo éste. Muy pronto le hicieron la propuesta. El 15 de abril de 1945, emprendía Gerardo Arce en compañía del wing Vargas, su viaje a la tierra de Bolívar.

—Fuí contratado para jugar por el Unión Sport Club, donde actué durante un año haciendo, también, las veces de entrenador. Al año siguiente pasé al equipo de los Hermanos Cristianos de La Salle. Me pidieron consejo para contratar a un interior izquierdo y yo sin dudar les recomendé a Carlos Gómez Sánchez. Le hicieron la propuesta, pero no la aceptó porque en esos días estaban muy interesados por sus servicios los dirigentes del Racing. En vista de eso recomendó a Dávalos que al poco tiempo llegó. También fué al mismo cuadro Albino Alfaro y con Odría que jugaba de centro forward, formaron un trío central que gustó mucho. En total: en el cuadro de La Salle, jugábamos cinco peruanos con Segundo Aranda que se quedó en Caracas hace casi veinte años, pues, él es de la misma época de Muro, Moscoso, Lores, etc. Y es curioso que a pesar de su edad, todavía juega en un puesto de tanta movilidad, como es el de wing izquierdo haciendo ala con el paraguayo Benites Cáceres.

Todos recordamos el retorno de Gerardo Arce, cuando al aparecer en la cancha del Estadio Nacional, vistiendo nuevamente la casaquilla del Alianza, fué objeto de una de las ovaciones más cariñosas.

Ese día estaba muy emocionado —nos cuenta—. Ha sido posiblemente la emoción más intensa que he sentido en mi carrera deportiva. Y tenía mis motivos: En primer lugar, el volver a estar nuevamente con los míos, apenas si había llegado el jueves 17 de Octubre y el domingo ya estaba jugando. Luego yo consideraba que este partido, que fué un match que le ganamos a la U en la segunda rueda, sería el último que jugaría en mi patria, porque sólo había venido a arreglar mis cosas para marchar nuevamente a Caracas, y de allí cumpliendo un contrato, que había aceptado en principio, viajar a Italia. 

—¿Recibió una propuesta de Europa?

—Sí, un club de Roma se interesó por los servicios de Lino Taioli, el gran centro forward Berdiale, y por mí. Creían que mi juego se adaptaría muy bien al que se practica en Italia.

—¿Por qué desistió?

—Al encontrarme nuevamente con mi familia, en mi Patria y con un público tan generoso me hizo cambiar de opinión y ni siquiera quise volver a Venezuela. Parece mentira, pero saliendo al exterior se aprende a querer mucho a la tierra. En Venezuela siempre recordábamos al Perú con mucha nostalgia. Los otros jugadores trataban de distraernos y como en Venezuela casi todos los futbolistas son muchachos muy acomodados, disputaban entre ellos, para llevarnos al Estadio en su carro. Porque casi todos los jugadores tienen su corro particular...

Luego nos habla de las jiras en que ha participado. A pesar de su calidad y del tiempo que lleva calzando los botines, han sido pocas relativamente. A Chile en 1947 con su cuadro Alianza Lima y la que efectuaron hace poco a Colombia.

—Esta última es como para no olvidarla nunca —nos dice Arce—. Hemos tenido mucha suerte para que no nos ocurra nada. En un cuarto del Hotel Avenida, dormíamos Córdova, Herrera y yo. Desperté a media noche, sintiendo un extraño sofocamiento, pisé el suelo y noté que estaba muy caliente y que subía humo. Sucedía que se estaba incendiando el hotel. Como pude desperté a mis compañeros y cogimos nuestras cosas. Escapamos todos y al poco rato se desplomaban los pisos de las habitaciones en que hacía algunos minutos habíamos estado descansando. ¡Fué cosa de milagro! De allí emprendimos nuestra fuga, en medio de las balas y la lluvia hasta el Hotel Granada...

Cambiando de tema, conversamos sobre el actual equipo del Alianza y nos dice:

—No cabe duda de que nos hace mucha falta Gómez Sánchez, que es un gran jugador. Pero tenga absoluta confianza en los nuevos elementos que se irán adaptando para que todo el equipo adquiera la comprensión y efectividad necesarias para librar una buena campaña.

Finalmente —nos dijo— quiero saludar por intermedio de EQUIPO, a toda la afición, y en forma muy especial a toda la hinchada del Alianza Lima.

*Entrevista realizada por Guatacho. En Equipo, Viernes 28 de Mayo de 1948, pp. 16-17.

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