1948 vio nacer un nuevo goleador. Emilio Salinas
Hay jugadores que llevan al field técnica. Otros empuje. Pundonor. Coraje. Y otros por fin un shot fuerte y definidor. Cada cual de los tres tiene sus propios partidarios. Y sus furibundos detractores. Pero —lo afirmo sin temor a equivocarme— el que más rápidamente se mete en el corazón del público es el "choteador". El hombre que de una sola patada es capaz de hacer caer vencida una valla.
Y es que en el fútbol sobre la vistosidad de un equipo perfectamente ensamblado; y sobre el espectáculo que brinda un cuadro de garra y corajudo, está la emoción suprema del hombre que con un solo golpe de pie es capaz de hacer caer el arco que ataca. Si al fútbol se le quitara o no tuviera este instante magnífico por su emoción y su brevedad, se le quitaría o andara huérfano de lo que es su mayor y más grande interés.
Por eso en todos los escenarios donde se juega fútbol la aparición del goleador es recibida con generales simpatías. Y pronto la figura del hombre que posee este raro don se hace familiar. Luego se convierte en favorito. Y por fin se transforma en la máxima atracción de todos los públicos.
Un caso concreto es el de Lolo Fernández, el "Cañonero" de la "U". El jugador más popular del fútbol peruano. Otro el de Emilio Salinas, el player que con sólo doce partidos ha logrado acaparar el elogio de la crítica. Ser el blanco de las miradas de los aficionados. Y conseguir que se le nomine entre los probables integrantes del Seleccionado que llevará la representación peruana a Río de Janeiro.
Hace un mes cuando salió al grass del Nacional el cuadro aliancista a sostener su último encuentro del Torneo de Competencia todo el mundo sabía que su triunfo iba a ser barato. Se enfrentaba a Ciclista Lima, uno de los equipos coleros. Sin embargo a la hora de los hechos la cosa no fué así. Los "tallarineros" jugando tesoneramente lograron equilibrar el partido hasta el segundo tiempo. Precisamente hasta el momento en que Salinas se impuso la ta-rea de ganar el match. Y lo consiguió ya que logró colocar en la valla "albinegra" los cuatro goles del triunfo. Y con ellos su consagración.
—¿Está usted contento con la trayectoria que ha seguido hasta ahora en la División de Honor.........?
—En verdad no tengo de qué quejarme. He entrado con pie derecho. Y en el poco tiempo que llevo jugando he logrado éxitos que nunca me figuré alcanzar.
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Emilio Salinas. |
—¿Qué le parece su nominación entre los preseleccionados......?
—Sobre eso yo no tengo nada que decir. Porque creo que yo no puedo ni debo ser mi propio juez, De todas maneras agradezco la deferencia que han tenido al nombrarme. Y espero, si tengo la suerte de ir y de llegar a actuar, que así como he respondido aquí a la confianza de mi club y de los que me impulsaron, de igual modo me comportaré en el extranjero.
—Hay quienes aseguran que es usted nervioso, y que acaso no respondería en partidos de tanta trascendencia como los de un evento suramericano.......
—Quizás sea nervioso y no me dé cuenta. Pero debo asegurarle que cuando salgo a la cancha nunca he tenido miedo. Muy por el contrario estoy tranquilo.
Y durante el juego en los momentos más propicios tengo el discernimiento claro y sé aprovechar las ocasiones para colocar el gol por el sitio más apropiado.
Lo que asevera Salinas es perfectamente claro. De otra manera yo no veo como le hubiera sido posible colocar desde su debut en la División de Honor cuando menos un gol en cada partido.
—Entonces está seguro de desempeñar un buen papel en el Suramericano..........
—Si, puede usted afirmarlo. Estoy plenamente seguro de hacer una buena actuación. Soy joven y tengo mucha voluntad. Además quiero confirmar que tengo condiciones. Y que puedo defender en cualquier cancha los colores de mi patria. Y el prestigio de su fútbol.
—Dígame Emilio ¿Cómo fué que Alianza lo incorporó a su elenco.........?
—Dé una manera, podríamos decir, casual. Yo estaba jugando por el "Barrio Obrero Caqueta". Y siempre mis amigos me fastidiaban porque decían que yo pateaba muy fuerte. Una vez se presentó Carlos Yesquén que. ha sido jugador y socio de Alianza y me dijo que si quería jugar por los "Intimos". Yo claro acepté inmediatamente.........
—¿Cuándo fué eso.......?
—El año pasado. En 1948.
—¿En qué cuadro lo pusieron?
—En la Reserva.
—¿Qué tal fué su actuación allí.........?
—Me parece que buena, pues sólo jugué cuatro partidos. Al cuarto que fué contra la reserva del "Chalaco" en el campo de la "U" un domingo en la mañana, y que recuerdo mucho porque hice siete de los once goles que marcamos, don Adelfo Magallanes me avisó que desde el próximo partido lo haría con la Primera en el Estadio Nacional.
—¿No le asustó el compromiso………?
—Francamente no. Salí a jugar como lo hice una semana antes.
—¿Contra qué cuadro jugó su primer partido......?
—Contra "Sport Boys".........
—¿Marcó algún gol......?
—Si, hice uno........
—Y dígame Salinas ¿los arqueros hasta ahora no le han dicho nada?
Al oír esta pregunta Emilio sonríe ligeramente. Es la primera vez que sonríe a todo lo que va del reportaje. En seguida me contesta:
Que yo sepa no. Al menos si alguno me ha dicho algo yo no lo he oído. Además nunca corro a sacar la pelota cuando ha caído dentro del gol…..
Emilio Salinas empezó a jugar el fútbol hace más o menos diez años. El no recuerda exactamente. Pero sus cálculos arrojan diez años. Empezó en el Oratorio festivo de los Padres Salesianos. Y recuerda a lo lejos haber sostenido alguna vez partidos en los que intervinieron Cavero Matos, los Mosquera, y algunos otros cracks de la de Honor.
—El primer cuadro de barrio por el que jugué fué el "Defensor Mandrós" de aquí del barrio de Guzmán Blanco. Luego también integré el eleven del "Once Amigos Walkuski", institución de la barriada, como el otro. Y por último también he jugado por el "Defensor Barrio Obrero Caquetá"
Como casi todos los futbolistas antes de hallar su puesto definitivo Salinas vagó por diferentes puestos. Fué half centro y de ala. Y algunas veces también jugó de interior. En el "Caquetá" fué que se apoderó del centro de la línea delantera en donde sigue hasta hoy. y en el que parece demorará un poco para que lo cambien……….
—¿Le gusta el fútbol, Salinas?
—A quién ¿A mí...? —me dice sorprendido—. Pues claro.
Para mí el fútbol es el único deporte. Yo quisiera estar jugando y jugando todo el día. Fatalmente ahora no lo puedo hacer. Don Adelfo me dice continuamente: "Lindo" para ser buen jugador de fútbol hay que hacer gimnasia y otras prácticas. No sólo darle a la redonda" Y como yo creo que el entrenador sabe más que uno le obedezco Don Adelfo me está "haciendo" Carlos Yesquén me llevó al Alianza. A ambos les debo el éxito que hasta ahora puedo haber tenido.
Tranquilo, sobrio de ademanes y de palabra, Emilio me descubrió a lo largo de la entrevista un genio sosegado y calmoso. Sin apresuramientos. Ni violencias. Cuando lo urgí para la foto. Y mientras Ego preparaba su cámara él fué a sacar a su esposa y a su hijito. Delante de mí lo cargó. Y lo miró con ojos tiernos.
Padre amante es hijo cariñoso también. Cualidades todas que lo dibujan de cuerpo entero como un muchacho bueno y sencillo. Si frente al arco demuestra violencia en la patada, en su vida privada mantiene una calma edificante...
Y no quiero fumar —me dice—. En verdad no quiero fumar, porque el vicio ya me ha agarrado fuerte……..
Y uniendo la acción a la palabra se saca de entre los labios el cigarrillo que acababa de encender y lo arroja al suelo. Así: decidido y certero así es Emilio Salinas.
*Entrevista de Augusto Moren. En Equipo, viernes 28 de Enero de 1949, pp. 12-13.
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