Armando Lara: "En Alianza encontré comprensión, camaradería y amistad"
“Recién cuando ingresé a la alianza logré comprender que la palabra íntimo es lo mismo que decir amigo, pata, hermano o compadre”.
Armando Lara junta la punta de sus dedos de carbón como orando mientras un ligero temblor le recorre por la espina dorsal.
No está habituado a las entrevistas. No se siente tan severo ante la marcación de un periodista como cuando él marca a Calatayud.
Poco a poco va entrando en confianza y sus dientes asoman permanentemente como teclas de piano.
“En Alianza he encontrado comprensión, camaradería y amistad”, confiesa y su mirada se detiene en una fotografía enorme del equipo.
Luego añade: "La verdad es que me siento contento en el club, pero no de mi rendimiento. Todavía no rindo todo lo que puedo".
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Armando Lara |
Tal vez muchos hayan olvidado que el año siguiente, el mismo muchacho jugó por la selección juvenil, en esa tarde pavorosa de trescientos muertos.
"Fue el día más triste de mi vida. No me di cuenta de la enorme tragedia hasta que prendieron la televisión en la concentración de Huampaní."
Lara prefiere no seguir tocando el punto. Es el único instante que su rostro dejó de sonreír.
"Siempre me gustó ser futbolista, pero mi sueño más grande fue el de ser abogado. Sin embargo la familia era muy numerosa, tenía muchos hermanos. No podía exigir tanto".
"Recuerdo que mi madre se oponía a verme con chimpunes, pero al ver que mi decisión era inquebrantable, fue la primera en alentarme".
"Al perder a mi madre, mi viejo se convirtió en mi mejor amigo. Mi padre es la persona que más adoro en el mundo".
Armando Lara llegó muy pequeño al Alianza. Un sobrino de Cornelio Heredia lo recomendó y Lara pasó a formar parte del plantel infantil.
Antes jugó por el Estudiantes, un club de su barrio y su primera experiencia la vivió en un torneo organizado por "La Crónica".
Del infantil pasó a la división juvenil, luego a la cuarta especial y a la reserva. En el partido amistoso con River recibió el espaldarazo internacional y su pase al cuadro titular.
Lara cree que Alianza es el cuadro de la mayor hinchada, pero estima que esa hinchada no se identifica con el cuadro.
"Es una especie de hinchada fantasma —dice— que asoma solamente cuando hacemos un "gol".
"Pienso que al público le falta nacionalismo. Cuando uno sale al campo lo hace con deseos de ganar, pero las tribunas, lo primero que hacen es pifiarnos".
Lara admira fervientemente a Nicolás Fuentes, a "Pitín" Zegarra y Cubillas, pero en general se declara admirador de todo buen jugador…
Dice que todos los punteros son difíciles de marcar y que su peor partido lo jugó contra la "U" cuando un autogol suyo provocó la derrota de su cuadro.
"Me dió mucha pica, fue justamente contra la "U".
El fogoso marcador de punta aliancista responde que el fútbol le ha brindado muchas satisfacciones, como por ejemplo conocer muchos países y también una seguridad económica.
Lara se describe como una persona común y corriente fuera de la cancha. Muy diferente al Lara mordedor, incansable que lucha el balón a dentelladas.
Le gusta vestir con elegancia, sus trajes preferidos son los sacos sport, las camisas de colores sobrios.
En el cine le atraen las comedias, especialmente cuando trabaja Doris Day. Su actor preferido es Charleston Heston y es partidario de la música suave y romántica.
Las comidas las prefiere de sazón criollo, frijoles batidos, pescado y para rematar una Inka Kola "porque es de sabor nacional".
"Mi mayor anhelo es vestir la casaquilla, nacional, creo que todo jugador debe sentir esta misma ambición".
"Todavía soy solterito y espero serlo un poco más", dice despidiéndose este alegre muchacho, miembro del poder negro en el fútbol peruano.
*¡Arriba! Alianza, No. 2, Lima, 28 de diciembre de 1968, pp. 10-11.
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