Manuel Doria: ¡TIRATE LEGARIO!
En la década del 50 apareció en la portería de Alianza Lima un gigantesco moreno que causó sensación, y al que se recuerda hasta ahora como uno de los arqueros más espectaculares que ha tenido el fútbol peruano.
Con su metro y 86 centímetros de estatura, sus 95 kilos de peso y unas tremendas manazas donde desaparecía la pelota, Teódulo Legario fue el ídolo de una afición que se entusiasmaba con sus terribles duelos frente a jugadores de la talla de Lolo Fernández, Valeriano López y el "Tanque" Aparicio, tres arietes capaces de introducir a un arquero con pelota y todo hasta el fondo de su valla.
Allí apareció esa famosa frase "Tírate Legario..." que reclamaban las tribunas ansiosas de ver volar a don Teódulo, en felinas estiradas de palo a palo, con el esférico firmemente atenazado, y que sirvieron para consagrar a los fotógrafos deportivos de aquel entonces.
Con su camiseta blanca atravesada por una franja horizontal azul, Teódulo Legario cumplió notables actuaciones. Y aunque nunca lo Ilamaron para una Selección Nacional, lo cierto es que cuando se hace el recuento de los grandes arqueros que ha tenido el Perú, su nombre tiene un lugar de privilegio, porque nadie corno él para lucirse en esas espectaculares voladas.
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Teódulo Legario, una leyenda del arco aliancista. |
Hoy en día, quienes lo ven uniformado y trabajando como un eficiente Teniente del Resguardo Aduanero en el Aeropuerto Internacional, no podrían reconocer en este moreno bonachón y sencillo, al guardavalla de Alianza Lima que fue ídolo de multitudes.
Incluso él mismo se sorprendió de esta entrevista. Y dijo que no se explicaba el interés que podía haber por las figuras de otrora, en una época donde solamente se habla de Cubillas, Sotil, "Cachito" Ramírez, y los cracks del momento.
Teódulo abandonó el fútbol en 1956, y es prácticamente un desconocido para la generación actual, porque se estima que un muchacho que ahora tenga 20 años, no alcanzó a verlo jugar. De allí la razón de esta nota, para revivir a un arquero que en su época fue una verdadera sensación por su espectacularidad y colorido.
En su difícil profesión, él cree que fue un predestinado. Y la verdad es que lo tenía todo: talla, fuerza, seguridad, agilidad casi felina, y hasta el nombre lo ayudaba: porque Teódulo Legario tiene algo de musical.
Se inició en el "Águila Negra" de su viejo barrio de Malambo, jugando como centro delantero o de interior. Y llegó al arco como llegan casi siempre los arqueros: de casualidad.
Una tarde faltó el portero titular, Teódulo se cuadró debajo de los tres palos y se quedó allí para siempre. En ese equipo tenía como compañeros a Rigoberto Talledo y a "Cocho" López. Pasó después al Sport Inca, pero no llegó a defender los colores de este club porque lo transfirieron al San Carlos del Callao. Luego de una fugaz actuación dejó el fútbol por tres años, tiempo durante el cual estuvo intensamente dedicado al boxeo.
Al box lo llevó con engaños don Manuel Angosto, quien lo afilió al amateur Boxing Club, al ver que por su talla y condiciones podía ser un excelente peso pesado. Pero dice Teódulo que él nunca sintió verdadera afición por este deporte. Y su nocaut frente a Vicente Quiroz aceleró su retiro definitivo de esta actividad.
Ya en aquel entonces, los dirigentes de Alianza que acababa de regresar luego de su vía crucis en El Potao, se interesaban en él. Pero Teódulo se mostraba reacio a jugar por el cuadro victoriano, porque allí estaban todavía "Los Intocables", como se les decía a las viejas figuras de Alianza.
Máximo Lobatón fue el que decidió su futuro. Acababa de retornar de Buenos Aires y aquí en Lima no, podía jugar, carecía del pase internacional. Entonces se formó en Malambo el "Máximo Lobatón", un equipo de barrio donde Teódulo era el arquero titular. Una tarde Máximo se llevó a Teódulo al Lawn Tennis, donde entrenaba Alianza Lima, y lo obligó a jugar por el cuadro reservista. Dice Legario que esa tarde le hicieron goles de todos los ángulos, de todos los colores, y de todas las marcas, y que él creyó que no lo Ilamarían más.
Pero tres meses más tarde se inició el Campeonato de Competencia de la Asociación No Amateur, como se llamaba en aquel entonces, y Alianza inscribió en su nómina oficial al arquero de Malambo.
Sin embargo Teódulo debutó en el antiguo Estadio Nacional con la camiseta de Municipal, en un partido de reservista donde el boxeador Juan Urlich dirigió la ofensiva edil.
Su primera presentación oficial fue poco después en el arco reservista de Alianza, frente a un Municipal que tenía nada menos que a "Vides" Mosquera, Tito Drago y Raúl Alva entre otros cracks.
Y el debut en Primera División fue en un Clásico frente a la "U" que terminó sin goles, y donde Teódulo cumplió una notable actuación, anulando uno tras otro los furibundos remates de Lolo Fernández. En aquella época el arquero titular era Eugenio Arenaza, y también estaba Lucho Benvenutto. Pero éste último, estaba lesionado y Arenaza se fue a Buenos Aires, quedando Teódulo Legario como titular inamovible.
Su pareja de zagueros en aquel entonces, (cuando se jugaba con dos backs atrás, tres hombres en la línea media y cinco delanteros en la ofensiva), estaba conformada por Guillermo Janneau y Juan Quispe. "Qué par de jugadores —dice Teódulo—. Con ellos uno se sentía más seguro que si estuviera con dos Angeles de la Guarda".
En su madeja de recuerdos ingratos figuran aquellos cinco goles que le hizo "Lolín" Fernández en un Clásico donde Alianza perdió por 6-2. Cuenta Teódulo que ellos venían de una larga gira por el norte de Chile (donde murió Angulo), y estaban destrozados por la intensa campaña. Especialmente él, que a consecuencia de haber jugado en canchas de salitres, tenía una serie de heridas. "Era una sola llaga" confiesa. Pero así y todo salió a jugar y en 30 minutos ya le había hecho "Lolin" cuatro goles consecutivos. Salió del campo, entró a reemplazarlo Leonidas Córdova, y "Lolín" anotó un nuevo gol. En el descanso, Adelfo Magallanes le pidió a Teódulo que volviera a salir, para evitar una goleada más abultada. "Hazlo" por Alianza fue el pedido de Adelfo. Y Teódulo retornó al arco de Alianza. Durante 40 minutos mantuvo su valla invicta, y en los últimos instantes cuando se jugaba casi sin luz, "Lolín" batió por última vez a Teódulo Legario.
Sus mejores recuerdos están asociados a dos de sus más brillantes actuaciones. Una en Lima en 1946, cuando el Combinado Alianza-Sucre venció por cuatro goles a dos al poderoso Sao Paulo del Brasil donde jugaban Leonidas Renganeshi y Antonio Sastre, y le hicieron dar la vuelta olímpica por la pista de ceniza al término del partido. La otra gran actuación de su vida fue en Chile, cuando Alianza venció a Colo Colo por tres goles a uno, y Teódulo Legario salió en hombros. Al día siguiente un diario chileno encabezó la nota con este título: "Legario, un Valdivieso negro, frenó el ataque de Colo Colo".
La frase "Tírate Legario..." fue producto de la inventiva y chispa de la barra chalaca, en su afán de mortificar a Legario. De igual procedencia es aquel estribillo de "Un automóvil... dos automóviles… tres automóviles... etc., que coreaban los porteños cada vez que le hacían goles a Legario. La explicación es la siguiente: en aquel entonces Teódulo estaba en dificultades con Alianza, y pidió un automóvil para renovar su contrato. De allí las bromas de la hinchada enemiga.
Teódulo pasó en 1953 al Unión Callao en calidad de préstamo y tres años más tarde abandonó el fútbol. Cuando entró a trabajar al Resguardo Aduanero y vio que no se podían conjugar ambas profesiones.
En su recuento de lo que económicamente significó el fútbol para él, Teódulo Legario dice que fue prácticamente nada. Porque en su época, donde todavía no se definía el profesionalismo, casi siempre cobraba porcentajes ínfimos. A veces un sueldo de 150 soles mensuales, y en su mejor momento un contrato por 30 mil soles.
Lo mejor que tiene Teódulo de paso por el fútbol, son sus su recuerdos de aquellos choques con Valeriano, Lolo o el "Tanque" Aparicio. Recuerdos que se han vuelto amarillos en las páginas de un álbum, donde recortes y fotografías entreveradas, dan fe de la trayectoria del arquero más espectacular que ha tenido el fútbol del Perú.
*Revista Ovación, Año 1, No. 6, Lima, 6 de junio de 1973, pp. 16-17.
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