Los hermanos Castillo, alma y corazón del rodillo negro

Son hermanos y los dos nacieron en Chincha. Juntos brillaron en Alianza Lima y defendieron con pundonor la divisa nacional.

Ahora que están retirados del fútbol siguen siendo hinchas de Alianza y los hinchas los reconocen en las calles como los integrantes del famoso "Rodillo Negro" cuan do vistieron la blanquiazul.

Son los Hermanos Castillo: Félix, "el jugador a propulsión a chorro" "la saeta chinchana", "La bala negra" o "Aretino"; fue el jugador más veloz del equipo victoriano. Jugó como puntero derecho.

Roberto: más conocido como "Chupón" Castillo, le decían "el hombre de jebe", por su elasticidad para el salto, Se desempeñó como centrofoward, ocupando el puesto de Valeriano López.

Ambos se iniciaron jugando en el equipo "Los Bombones" de la Hacienda San José de su tierra natal.

Los hermanos Castillo. Fuente: Arriba Alianza, p. 27.

Félix vino a jugar por los íntimos contratado por Alfonso Souza Ferreyra. Emilio Vargas, otro gran jugador de Alianza lo había recomendado y sin pensar una vez más, Félix estaba en Lima.

Su debut en el equipo fue contra el Atlético Chalaco, en 1946. En el campo se distinguió por esa velocidad asombrosa con que se desplazaba. No había rival que lo superara.

En 1950, cuando Colombia se desafilió de la FIFA, jugadores argentinos, uruguayos y peruanos emigraron a los equipos colombianos. Uno de ellos fue Felix Castillo.

Allá jugó por el América de Cali durante tres años. En varias oportunidades reforzó cuadros colombianos, prestado por su equipo. Una de sus campañas memorables en esta época fué la que cumplió en un cuadrangular reforzando al Millonarios de Bogotá.

Su ágil figura se hizo conocida en Colombia, y cuando en 1953 regresó al Perú, Alianza lo tentó nuevamente. Félix que añoraba esta tierra y a su familia aceptó.

Y asi, alternando con Guillermo Delgado, Chocolatín Heredia, Los Velasquez, Los Gómez Sánchez, Barbadillo y Salinas, se quedó en Alianza hasta 1960.

Su primer sueldo, de 300 soles al mes y la prima de 300 soles por tres años, habían sido aumentados por que era un jugador de categoría,

Los momentos más felices que pasó como jugador están en sus actuaciones vistiendo la casaquilla nacional.

"La primera vez que me llamaron para integrar el equipo peruano sentí una emoción que no podría describir. Yo, un jugador de provincia no estaba seleccionado...". expresa.

Con su incredulidad de hombre sencillo, Castillo defendió los colores patrios en el Sudamericano de Guayaquil en 1947, a solo un año de haber llegado de Chincha. Entonces tenía 21 años.

Su presencia en el equipo perua no era imprescindible, por eso fue que alíneo en varias oportunidades mientras fue jugador de Alianza.

Pero como todo en el fútbol no es alegría, Félix recuerda como el más triste momento de su carrera deportiva el haber perdido en los últimos minutos de juego por 5-4 ante el seleccionado de Chile durante un sudamericano efectuado en la capital mapochina, en 1956.

Las dificultades con el club victoriano aparecieron en 1956. Los dirigentes lo contrataban solo por los cinco meses de la temporada y Don Félix vela que eso no le convenía.

Quiso salirse de Alianza, las ofertas le llovían, pero él tuvo que seguir jugando por los aliancistas por cuanto había un convenio según el cual los clubes no deberían jalarse a los jugadores.

Solo pudo salir cuando el Defensor Lima, en 1961, cuando recién ascendía a primera división, pudo tomar a todos los jugadores, sin necesidad de que tuvieran carta libre.

Sin embargo, Félix jugó solo una temporada por este equipo. El fútbol ya no le convenía como profesión, Y decidió retirarse.

Junto con su hermano Roberto habían podido construir la casita donde viven, por el Parque Chicama en Matute. Su viejita, Liberata Tar dio de Castillo había venido de Chincha a vivir con ellos y él ya quería descansar.

Los dirigentes aliancistas tenían muy buenas referencias de él y se interesaron en contratarlo. El mismo Adelfo Magallanes fué comisionado para traerlo de Chincha.

Fué en 1946, cuando Roberto "Chupón" Castillo estampaba su firma en los registros de Alianza para defender la camiseta grone por cuatro años. Había cumplido 17 años.

Se le asignaron 500 soles de prima y le fijaron 160 soles de sueldo. Por vez primera defendió la divisa aliancista frente al Centro Iqueño jugando como wing izquierdo. Su hermano Félix estaba en la otra punta.

Sin embargo, ese no era su puesto. Recién en 1950 jugó donde verdaderamente le correspondía, como centrofoward, en el lugar que dejó Valeriano López.

En este año precisamente fué seleccionado para jugar en el equipo que representaría al Perú en las eliminatorias del Mundial de Fútbol a realizarse en Brasil. Pero no se participó y Roberto debió esperar hasta 1952 en que por primera vez defendería la casaquilla nacional.

Después de los Panamericanos de Chile, "Chupón" participó en el Sudamericano de Lima (1953), al año siguiente en la Copa del Pacifi co, el 55 en el Sudamericano de Chile y el 56 en el Sudamericano de Montevideo.

Roberto estuvo en Alianza durante 10 años ininterrumpidos. Pudo viajar al extranjero, pero ya Félix estaba ausente y Chupón no quería dejar sola a su madre y a su hermana Adelina.

"Tuve tres oportunidades de salir, me llegaron propuestas de Francia en 1950, el 51 de Colombia (en época de la piratería) y el 54 de un equipo brasileño. Y como oportunidades sólo se presentan una sola vez.. tuve que resignarme a quedar me en Lima", cuenta.

El 57 salió de Alianza y se cambió para el Mariscal Sucre. La suerte le fué adversa, porque jugando un partido se lesionó el tendón y tuvo qué dejar de jugar. Descansó un año y meses. Cuando quiso volver, no pudo hacerlo, el tendón le "jalaba" y ya no podía jugar bien. Decidió abandonar el fútbol. La única satisfacción que se llevaba de esa época dorada la de haber sido una especie de Embajador pe ruano en todos los lugares donde iba con el equipo, ser bastante conocido y conocer todo Sudamérica.

Félix y "Chupón", consideran que la mejor delantera peruana es la de Alianza Lima. Félix admira a Baylón y a Pitin Zegarra. Aunque también le impresiona Enrique Casaretto de Universitario.

Roberto opina que Perico León es un buen jugador, "Ya le veía pasta cuando jugaba en los infantiles de Alianza", dice.

Solteros, porque según manifiestan el fútbol no les permitió enamorarse, se dedican a trabajar como taxistas. Tanto Roberto como Félix poseen un automóvil, ("que no es producto del fútbol, sino del trabajo mismo" aseguran). No van continuamente al Estadio y las pocas veces que lo hacen, prefieren permanecer callados, aunque Alianza esté ganando. No hacen barra. ¿Por qué? ..."El jugador que se retira del fútbol no puede dar vivas a su equipo, solo mira, se sonríe y da la vuelta, porque le da pena recordar la época en que jugó, por eso es que muchos no van", manifiestan.

Hasta hace dos años se reunían con sus ex-compañeros de equipo en el local del Club en Manco Cápac. Como el club aún no contaba con la Concentración de Barranco, debían hacerlo allí y los ex-jugadores ya no pudieron seguir reuniéndose.

Ahora, los hermanos Castillo, están totalmente alejados de Alianza y por eso no ven a los demás. En vano han intentado reunirse. Félix, inclusive llegó a jugar por la Academia, de modo que han optado por ser solamente hinchas.

Félix, muy parco al hablar tiene 42 años y Chupón, el más hablador y el que tiene un extraordinario parecido a su madre, 38 años.

*Revista Arriba Alianza, No. 10, Lima, 22 de abril de 1969, pp. 27-29.

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