Alfonso Rospigliosi: Juan "El Mago" Valdivieso
Camina usted por calles de Frankfurt. Hará un mes y medio atrás más o menos... Todavía estábamos con las imágenes del maestro Beckenbauer, del maravilloso Cruyff, de la famosa "Naranja Mecánica", del polaco Gadocha...
Frankfurt es una ciudad interesante... Esos colores de las corbatas, esas ropas de tonos tan subidos, esa maravilla de televisores a color, esas increíbles cámaras fotográficas, todo lo del Mundial... Y esas inmensas tiendas de comercio, esas escaleras mecánicas que lo llevan a Ud. de un piso al otro, de una sección a la siguiente; esas discotecas con todo tipo de discos, esas casacas maravillosas que ve Ud. para sus hijos, esos recuerdos de lo del Mundial... Ceniceros, llaveros, afiches, muñequitos que representan a los países participantes, pero ¿Cómo lleva todo eso a Lima?... ¿Cómo lo hace para subir al avión?.. Y hay que ir luego a Francia, España, Puerto Rico…
Las esquinas de las tiendas donde venden libros son espectaculares... Esa de Kausoff, sensacional... Y en un rincón, un libro con Sapp Maier en la carátula. Título en alemán. Nadie se acerca a decir que contiene, sólo muestran el precio. Caro, pero uno lo abre no obstante los gestos serios de quienes desean que se compre y no se hojee... Y la gran sorpresa: libro de arqueros... Si es nuestra раsión, si nos hizo recordar nuestras épocas que volábamos de palo a palo en la cancha de la Casa Wiesse o cuando íbamos al Estadio a ver las atajadas de Legario, los esfuerzos de Garagate y recordábamos las genialidades de Juan Honores.
Fotos de Yashin, de Gordon Banks, del Divino Zamora, un libro maravilloso. Ya no interesa el precio... Nos siguen mirando como diciéndonos con la vista que hay que comprarlo... Pagamos en marcos lo que vale, no importa el volumen, habrá un rincón en la maleta para ponerlo... Sepp Maier en la carátula, el Maier que acababa de deslumbrarnos frente a Yugoslavia, el Maier al que acabábamos de ver sacar un esférico al corner que obligó a Beckembauer, delante suyo, a levantar los brazos en signo de admiración, como esperando que se parara Sepp para abrazarlo.
Libro de arqueros... Maravilloso.... Esa parada de Zamora, esa volada de Gilmar, el Maziurkewitz en Wembley sacando una bola al corner... No había que demorar tiempo. Era cuestión de seguir viendo el libro. Aunque estuviera escrito en alemán, pero ¿No es un idioma universal ver al húngaro Grosicks sacarle una pelota allá arriba, cerca del palo al alemán Fritz Walter en la final del 54?... Seguíamos caminando por las afueras de la tienda Kausoff, buscando un lugar para tomar una Coca Cola, para paladear más que la bebida, el libro… ¿No es superentendible el ver volar a Gilmar y atrapar la pelota en la final contra Checoslovaquia en el Mundial de Chile?... Para quien siempre vive intrigado con el puesto de arquero, quien piensa en esa desviada del "Sapo" Livingstone ante un tiro de Tito Drago, quien recuerda esa tapada de Gordon Banks en Guadalajara resguardando la valla inglesa ante un tiro de Pelé y quien sabe del manotazo de Roque Gastón Máspoli en la final del 50 en Maracaná ante un tiro libre de Jair en las finales del match,. ¿No es admirable ver fotos del alemán Tony Turek ante un disparo de Ferenk Puskas en la final del Mundial del 54 en Suiza?...
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El arquero peruano e ídolo de Alianza Lima en esos Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. |
No importa que esté en alemán.... No interesa que aparezcan arqueros a los que uno no vio, que poco conoció, cuyos nombres, apellidos nos suenan familiares, Planicka, por ejemplo, Hilf den Poral a quien lo vemos en una plástica estirada con pelota asegurada en las manos y con el fondo de Wembley, un Bernd Trautmann del Manchester United que aparece saludando en el palco principal a la Familia Real, o alguien más reciente, el golero Hans Tilkowski a quien vemos dándole la mano al capitán de los alemanes, Uwe Seeler.
¿Qué importa el idioma del libro, su volumen, su peso, si hay una volada de Sepp Maier que la damos ahora en la revista "OVACION"?... Y miren ¿qué volada...? ¿que fue gol? No lo sabemos. Basta la figura. La pelota parece que entra, pero es la figura, la plasticidad lo que interesa, si esta foto hasta la envidiaría el propio Abugattás...
Otra Coca Cola y la gran sorpresa.
En una de las páginas y ubicado como entre los mejores arqueros del mundo, un peruano... Alguien que protegido con una gorra y con chompita a cuadraditos, despeja la pelota con golpe de puños... Mentiríamos si les dijéramos que no conocíamos esa foto... Es Juan Valdivieso. ¡Es "El Mago"! ¡Es el arquero que tuvo el Alianza de Villanueva y don José María Lavalle...!
Si alguien pasara por el lugar donde estábamos viendo con singular admiración el libro, nos creería locos, diría que estamos hablando solos o como dice Izusqui, cazando mariposas por el Jirón de la Unión. Pero si es Juan Valdivieso... No lo habíamos visto... ¿Y saben la verdad del porque compramos el libro?... Porque estaba Sepp Maier en la carátula, porque desde Lima, Ramiro Berríos nos pedía fotos a color para la revista "OVACION", porque mandamos de Muller, de Cruyff que salió en la carátula, la misma de los alemanes felicitándose, de Jairzinho sacada de una inmensa revista france- sa, pero faltaban carátulas y pensamos que esta arrojada de Sepp Maier, con lo que le vimos tapar el día anterior contra Yugoslavia, bastaba, mejor dicho, sobraba...
Y miren lo que son las cosas; ni enviamos esta carátula de Sepp Maier y recién ahora, pasado más de un mes de la final del Mundial venimos a escribir en la revista la nota que queríamos…
La de los arqueros....
Hay una foto muy buena, de una atajada de Frank Swift sobre la línea, otra de un golero todo de negro, poco conocido, en Europa debe haber sido famoso porque hay dos páginas con fotos de él, incluso una maravillosa, a todo color, aunque su uniforme es todo negro. Desde los zapatos hasta la corta gorrita. Es Petar Radenkovic, hay la de uno de gruesa figura que tiene que haber sido famoso, porque en una de las fotos, ya de avanzada edad, está con flores en la mano, al lado del "Divino" Ricardo Zamora. Los dos en el centro del campo, flores, abrigos que los cubren y mano derecha en alto. Es Heiner Stuhlfauth. ¿Y aquella de Frantisek Platicka con coderas y amplias rodiIleras que debe aparecer en estas páginas?.
Arqueros conocidos y de los otros, pero ¿Qué estamos escribiendo, si estábamos en que habíamos descubierto que en el libro de grueso volumen adquirido en las tiendas Kausoff hablábamos del "Mago" Juan Valdivieso?.
Los alemanes vieron a Juan Valdivieso porque éste libro sobre arqueros es hecho en alemán, por alemanes y destacando a los alemanes o a lo mejor a aquellos guardavallas que brillaron frente a los alemanes. No están algunos conocidos nuestros. Amadeo Carrizo, por ejemplo, "maestro” en el arco. Es que Amadeo fracasó ante Alemania en el Mundial del 58 en Suecia. No está Moacyr Barboza que nos maravilló en Maracaná, pero a ese Mundial del 50 no fue Alemania y no figuran grandes arqueros de esa época. No está Roque Gastón. No hay fotos del español Ramallets. No hay fotos de Sergio Livingstone.
Por eso creemos en lo señalado por los alemanes en el libro mencionado. Pero Juan Valdivieso atajó allá por el 36 en los Juegos Olímpicos de Berlín. Juan fue figura, mostró calidad. Contra Austria rindió, defendido por Arturo Fernández y Víctor Lavalle en la zaga, actuación colosal. Lo mismo frente a Rumanía. Y en éste libro sacan una foto de aquella época, del "Mago" en su gloria, en su mejor momento, cuando dejó en Lima a Juan Honores, otra maravilla del arco.
Claro que el libro no se refiere a Juan como a Lew Yashin, la famosa "Araña Negra", no le dedica páginas como a Sepp Maier, el alemán que fue el mejor golero del Mundial, pero hay referencias de Juan Valdivieso entre los mejores guardavallas del mundo en ese libro escrito únicamente sobre arqueros, porque esta vez es un triunfo de los Zamora, Banks, Maier y Gilmar sobre los Di Stefano, Cruyff, Pelé o Puskas, porque en todas las páginas hay Salidas, rechazos con golpes de puños, votadas, atajadas en el ángulo más difícil, penales detenidos, arrojadas a los pies de los rivales. Increíble no ver en un libro de fútbol el gol mil de Pelé, la figura querida del "colorao" Di Stefano o el majestuoso rechazo de un Bobby Moore. No aparece ni el Kayser Beckenbauer ni el poeta de la zurda, Bobby Charlton.
Hay una foto maravillosa de Lew Yashin. Todo de negro. Con una rodillera que le protege la rodilla derecha, pero no es de las de arquero, es para cubrirse una lesión a la rodilla. Manos entre las piernas, protegidas con guantes negros. Vista de lince mirando seguramente a quien lleva la pelota. Todo listo. Todo eso que se resume en una palabra. Antes era agilidad. Hoy son reflejos.
Y miren ustedes, a Yashin no lo pueden destacar mucho los aficionados peruanos. Es que hay la idea del gol de corner que le hicieron los colombianos en Arica en el Mundial de Chile. Gol desde corner. Y aquí, las veces que vino con el Dynamo o la selección soviética, no deslumbró. Se le recuerda por esos goles fáciles que le hicieron Eloy Campos del Cristal o el "Chueco" Guzman del Alianza Lima, lo que precisamente obligó a Juan Valdivieso a decir que a los "Grandes arqueros le hacen los goles más fáciles".
Pero vamos al otro Yashin. Al que admiramos en el Mundial de Suecia en Gotemburgo cuando por primera vez la Unión Soviética iba a los mundiales. Al que lo recordamos —y vemos la foto— sacando al córner todo estirado, boca abierta, dedos ya casi vencidos, en pleno plageón desviando en Inglaterra un tiro de Uwe Seeler.
Hay en el libro fotos de Antonio Carbajal. El "5 Copas". Es que el azteca estuvo en los mundiales del 50, 54, 58, 62 у 66 representando a su país, a México. Hay fotos de un arquero ya de mucha edad, con chompa de vestir en el arco. Hans Jacob. Está el suizo Rudi Hiden saliendo al frente de la selección de su patria. Aparece el mismo Hiden cubierto hasta los ojos por el frío, atajando en la nieve. Pelota asegurada en el bajo vientre, pero resistiendo el ataque de un forward con el pie en alto. Y nieve, mucha nieve se ve…
La de atajadas que habremos visto y las recordamos ahora. Esa de Gordon Banks a Pelé en Guadalajara en el Mundial de México es de las que más recordamos. Completísima. Fue en el match que Brasil le ganó 1 a 0 a Inglaterra. Centro de la derecha de Jairzinho y Pelé que salta, sabe el Rey que tiene un gran arquero al frente, sabe que le cubre bien el ángulo el meta británico y Pelé con toda la sapiencia futbolística que tiene, cabecea contra el piso, como le viéramos una vez a Adolfo Pedernera en Bogotá al hacerle un gol al Bucaramanga. Adolfo vino a la carrera, Pelé saltó. La pelota que picó contra el piso y se elevaba para entrar al arco. Gordon Banks que espera que de el bote y se va en vuelo en busca de la pelota sacándola al córner. Todo en una fracción de segundo. Si Banks va hacia la pelota cuando pica, le hacen gol, fue a ella después de que diera bote y la sacó al córner... La vio Lima por TV. Para nosotros, de las mejores atajadas de todos los tiempos
Trato de reconstruir lo que fue esa tarde que adquirimos el libro en Frankfurt. Lo que pasó. La forma como se movió nuestra imaginación en torno a las atajadas, a los penales contenidos, a las voladas, a esos arqueros todo colocación que parecían hacer fácil lo que para otros significaban caídas, revolcones, choques con el parante. Tomamos un tranvía que pasaba por el Hotel Continental donde estábamos. El de la línea 15. Pero en vez de ir al Hotel lo tomamos para el otro lado, para dar la vuelta entera a Frankfurt, para acordarnos de esas salidas del español Ramallets, de lo que nos admiró la colocación de Julio Cozzi en la valla de Millonarios del recuerdo que nos dejó Fernando Bello el meta del Independiente de De la Matta, Erico y Sastre, del Roque Gastón Máspoli, al que le vimos detener un día un tiro de Martino en un Nacional-Peñarol, del Juan Honores atajando por la "U" de Lolo y Arturo. Gorra blanca, camisa azúl, de mangas cortas y un pullower blanco sin mangas encima. Pantalones un poco largos, blancos y relucientes rodilleras, "El Chueco" en el aire, dos piernas recogidas, brazos en alto atenaceando una pelota. Le decían también "Alicate". ¿Y Saben de quien me acuerdo en este momento? De un húngaro. No precisamente de Grosicks, que debe ser el meta húngaro más famoso, de ese Grosicks que empezó atajar no sólo salido sino esperando a los forwards rivales fuera del área. Porque su defensa jugaba muy adelantada.
Del húngaro que me acuerdo es de uno al que en Lima equivocadamente le dijeron que era un arquero "de suerte". Y así salió en un diario y lo dijeron sin ponerse colorados, como se dice el chiste. Es Semihailead. ¿Lo recuerdan?. Aquí atajó de todo. Contra Alianza, frente a la "U”. Un prodigio en el arco. Una agilidad felina. Una manera increíble de impedir con su valla fuera batida. Si daba la impresión de que no pudiera ser batido. Era arquero de la Selección de Hungría. Notable. Después le ví repartir sus proezas en Porto Alegre, Brasil, contra el equipo de Portugal donde estaba Eusebio y Torre. Gran arquero ese húngaro.
Hay otro arquero que recordamos. Por cierto ni lo nombran en el libro alemán al que hacemos referencia. Pero tiene su historia. Si a nosotros nos hubiera tocado la suerte de hacer ese libro, no hubiéramos dejado de lado a ese magnífico meta paraguayo que hasta hace poco estuvo atajando en Colombia y que aquí deslumbró primero con la selección de su patria en el suramericano del 53 donde Paraguay salió campeón y luego en el Atlético Chalaco donde llevó al equipo hasta el propio subcampeonato.
Era magnífico ese Adolfo Riquelme y llega hasta nuestra imaginación, ese penal que le detuvo una noche con Estadio lleno a la "U" y esa atajada en el arco sur cuando entró Alberto Terry con pelota dominada, pareció que la colocaba al ángulo derecho, pero Toto se detuvo y la colocó al otro lado. Riquelme voló —chompa roja, pantalón blanco, lo recordamos como si fuera hoy— y sacó el esférico al córner en mundial atajada.
Estamos en los recuerdos de los grandes arqueros. Ese autor alemán del libro al que nos referimos y no es acusación no debe haber visto al "Caimán” Sánchez. Es que Efrain fue notable. Agilísimo. Aquí tuvo actuaciones colosales. Esa frente a Uruguay en el suramericano del 57 en Lima, cuando ganó Colombia 1 a 0. Esa que le vimos ante Perú en Bogotá cuando en increíble volada atajo en el ángulo más difícil de imaginar un tiro de Tito Drago. O cuando en un Santa Fe-Cali, le vimos sacar al córner un cabezazo de Valeriano Lopez.
Las calles de Frankfurt nos parecen áreas, vallas, redes, parantes, travesaños. A través del vidrio, más que personas que caminan inquietamente esquivando los charcos de agua formados a través de la Iluvia, parece que viéramos a Carbajal, Honores, Máspoli, Paz, Legario, Banks, Gilmar, Livingstone, Cozzi, Riquelme, Bazán, Rubiños, Camaratta, Carrizo, Maziurkewitz, Ormeño, Barboza, Suárez, Yashin, es decir a los arqueros que van desfilando por nuestra mente.
Y entre las grandes atajadas que hemos visto, dos o tres que no se pueden olvidar. De este mundial. Están muy frescas. Aquella del golero alemán Sepp Maier contra Yugoslavia, esa de Maziukewitz frente a Suecia en Dusseldorf, la del holandés Joungleb frente a Suecia ante un excepcional disparo de Enstrom.
Pero el asunto es que aquí en las oficinas de "OVACION", tenemos el libro alemán donde se exalta a los arqueros consagrados y entre ellos, un peruano, alguien a quien con respeto le llamamos "El Mago", uno que hoy prepara arqueros en el club de sus amores, Alianza Lima y que brilló en Alemania allá por las Olimpiadas del 36.
iJuan Valdivieso Padilla…!
*Revista Ovación, Año 2, No. 49, 4 setiembre de 1974, pp. 31-35.
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